Corrupto, pero me da trabajo. Voto por él.

 

«Cuenta la leyenda que existió en Persia entre los años 150 y 120 AC un rey llamado Mitrídates que era resistente a los venenos. Como prueba de ello acostumbraba experimentar los efectos de los tóxicos con delincuentes convictos y consigo mismo. Pero él resistía sin inmutarse. En nuestros días, gran parte de la derecha y no pocos de la Nueva Mayoría están bajo el síndrome de Mitrídates y se han vuelto inmunes e indiferentes a la corrupción de sus candidatos y dirigentes políticos.»  Traído a colación este relato en publicación de PRIMERA PIEDRA.

Yo me permito agregar: Desde que el ser humano apareció sobre la Tierra- ignoramos certeramente como llegó, ya que la Biblia relata que salimos de una figura de barro y la mujer de una costilla del primer humano, interpretación bastante cuestionable y otras religiones tienen muchas leyendas al respecto- pero lo que sí es común a la creación humana, como tan bien interpreta la Caja que abrió Pandora, es que, producto de nuestra creación imperfecta,  estamos inmersos en características negativas y terribles tales como La Envidia, la Codicia, la Mentira y la Ambición ilícita, que nos llevan a los mayores excesos y a la explotación inmisericorde de los demás y de la destrucción de la naturaleza que nos rodea.

A través de la historia de la humanidad, conocemos distintos escenarios en que estas conductas campean por sus fueros de una manera mayor o menor y terminan estas acciones, fruto de las injusticias consecuentes, en revoluciones encabezadas por los perjudicados contra sus opresores, la gran mayoría sangrientas, con resultados diversos, ya que a veces, como dice el refrán: “se cae del fuego a las brasas”. Así sucedió en el Antiguo Egipto, contra los tiranos de la Antigua Grecia y Roma, luego pueblos independizándose de los Imperios, Revolución Francesa, Rusa y China en el siglo pasado y sigue hoy día hirviendo en la caldera de la historia, hasta nuestros días,  las protestas ante estos Jinetes del Apocalipsis: la Envidia, la Codicia, la Mentira y la Ambición ilegítima, que oprimen y exprimen a sus semejantes.

El desprecio hacia sus gobernados y sus sucesores tiene como ejemplo señero a Luis XV, quien abonó el terreno para que su sobrino Luis XVI y familia terminaran guillotinados, mientras se refocilaba con sus amantes, Madama Pompadour y Madame Duvalier, importándole poco el futuro de su reino y contestándole a los que le advertían del abismo a que se dirigía Francia:” Después de mí, el Diluvio.”

Cuando vemos y escuchamos hoy día a nuestros políticos y empresarios decidiendo sobre nuestro futuro, nuestra forma de vida, nuestra naturaleza y nuestros valores, vemos que tal vez no tendrán la suerte de morir antes que venga un Diluvio que nos sepultará a todos/as. Que el Sentido Común, el menos común de los sentidos, abran sus mentes al equilibrio y armonía que tanto necesitamos para sobrevivir como raza humana.

San José de Maipo, 29.Abril.2017.                    Juan Carlos Edwards Vergara

 

 

Se el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo no será publicada.


*