INDIGNA Y POCO ÉTICA LA RENUNCIA VOLUNTARIA DEL ADMINISTRADOR MUNICIPAL, SEÑOR OSVALDO SOTO VALDIVIA.

No se sabe si felicitar o lamentar que, al alcalde, Roberto Pérez, le haya permitido a este señor, carente de ética demostrado por sus anteriores desempeños, de donde no salió bien parado, que haya renunciado después de haber sido destituido por el concejo municipal el 22 de abril 2022. FELICITARLO, por su lealtad hacia ese desleal funcionario que, si hubiese sido leal con quien le brindo un importante puesto, habría acatado la voluntad del concejo. LAMENTAR, por la posición que puede quedar el alcalde si lo planteado por este diario tiene base jurídica. El administrador municipal, don Osvaldo Soto Valdivia, debió cesar en sus funciones el día que el concejo lo destituyó, en consecuencia que estaba legítimamente destituido. Sin embargo, el alcalde, muy mal asesorado, hizo valer su voto y lo mantuvo en su puesto. Los concejales acudieron a los tribunales objetando el voto del alcalde, los que le dieron la razón, por lo tanto, se retrae la acción al día de la votación y, con el voto inhabilitado del alcalde, el administrador municipal debió dejar el cargo desde ese día. La corte solo falló lo concerniente al voto del alcalde, no sobre las causas de la destitución. Se insiste, estas son solo elucubraciones de este medio, que no se sabe si tienen base o no, por lo que debe consultarse a la Contraloría General de la República para que se pronuncie sobre este tema, que no deja de ser grave, ya que de ser reales las elucubraciones, la situación se torna gravísima del momento que habría ejercido ilegalmente el cargo durante más 6 meses y los interrogantes son muchos: ¿Qué sucede con lo obrado durante ese tiempo, sobre todo, mientras ejerció como alcalde suplente? ¿El sueldo percibido debe reintegrarlo? ¿Si no lo hace, debe responder el alcalde? Tarea para la casa, señores concejales.

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